Es el más grande depredador de los humedales tropicales, imponente, salvaje y peligroso, Su gran apetito le permite comer casi todas las especies acuáticas, sanas, enfermas, débiles, viejas o muertas y con eso regula muchas de las poblaciones animales que viven en el agua.
Los cocodrilos también son considerados los arquitectos naturales del paisaje porque construyen cuevas y pozas, abren brechas y con ellas interconectan cuerpos de agua facilitando la permanencia del agua en el hábitat, donde se pueden refugiar peces, tortugas y varios tipos de organismos.
Aunque se consideran peligrosos, durante el siglo pasado la durabilidad o resistencia de su piel y su textura provocó que fueran capturados para hacer productos como bolsas y zapatos y estuvieron a punto de la extinción en todo el mundo, hasta que los declararon bajo la protección de leyes nacionales e internacionales.
Antes de esas legislaciones se estima que durante 30 años más de las dos terceras partes de la producción de piel de cocodrilo del país, provenía de Tabasco, lo que implica que cerca de 300 mil cocodrilos adultos sacrificados eran de nuestro estado.